martes, 12 de septiembre de 2017

OLMEDO Y LAS ONZAS DE ORO DE 1840

Olmedo, imagen en la serie
Hombres Ilustres de 1899
José Joaquín Olmedo (1780-1847), Presidente de la Provincia Libre de Guayaquil (1820-1822), fundador y primer Vicepresidente del Ecuador (1830-1831), fue una de las figuras fundamentales durante los primeros años de la República. 

Su preocupación por los diversos aspectos del convivir nacional, se expresa en el texto que hoy copiamos, tomado de una carta que dirigió el 3 de marzo de 1840 a Juan José Flores (1800-1864), quien iniciaba su segundo mandato como Presidente del Ecuador, haciéndole conocer su descontento por las deficiencias en el trabajo de la Casa de la Moneda de Quito. 

He visto una onza de oro de cuño de este año -dice Olmedo-; y me ha parecido muy mal. Tiempo ha que indiqué a V. la necesidad de perfeccionar esta falta que tanto nos desacredita, especialmente en el exterior. en todas partes ponen el mayor esmero en el cuño de la moneda, porque, siendo perfecto, difícilmente se falsifica; pero veo que este punto se descuida mucho en la capital. No digo el busto, pero hasta las letras son malas y desiguales. ¿No sería bueno encargar a Londres unos buenos troqueles, recomendado al mismo tiempo que se castigase y reformase el diseño, y que para mayor seguridad se pusiesen letras en el cordoncillo, como por ej. Dios, Libertad, Ecuador?

Ya ha llegado el caso que anunció  a V. desde aquel tiempo: ya no quieren recibir en el comercio, y menos en la plaza, muchas pesetas que apenas tienen 3 años de edad: tal es la situación miserable en que se hallan: verdosas, cobrunas, asquerosas. Y no sólo las falsas están así, sino también las que se llaman legítimas: lo cual en verdad, es una mengua infame para esa casa-moneda, y un cargo terrible contra sus directores y ministros.

La onza de oro de 1840

Sin duda la falta de recursos y las lamentables condiciones en que trabaja la Casa de Moneda, impedían que su trabajo tuviera las condiciones de excelencia que planteaba Olmedo; y sin duda no había recursos en el presupuesto como para asumir los costos que significaba atender la propuesta de mandar a fabricar cuños en el extranjero.

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